lunes, 3 de octubre de 2011

Crónica de un verano.

Después de días, semanas y meses me decido a hacer la crónica de este verano, siguiendo el ejemplo de Chesa. Y lo cierto es que ha sido un verano bastante movidito al final. Bien, empecemos:

JUNIO

Exámenes, ensayos, trabajo y estrés por todas partes, pero al final no todo fue tan malo como lo veíamos venir. El festival de clase fue genial y nos dejó a todos un buen sabor de boca, a pesar de los fallos que hubo. Al igual que en el trabajo de acrosport, todo el esfuerzo valió la pena. Y para celebrarlo todos juntos a la playa. Lo cierto es que este año es con diferencia el que más he estado unida y a gusto en una clase en los últimos 5 años, y me alegro muchísimo de que así sea.




Además este año he podido celebrar San Juan con mis amigos (hacía años que no lo hacía) en puerto de Sagunto. Me alegro de no haber ido a la Malvarrosa, ya que así pudimos estar más tranquilos, sin acabar oliendo a hoguera o con malos rollos.


En cuanto a las notas, bueno... En comparación con como empecé el curso, he mejorado bastante (primero de bachiller, instituto nuevo, profesores nuevos, asignaturas nuevas...; es difícil hacerse a todo al principio), pero bueno, lo importante es que no me cayeron más de 2, con lo cual pude hacer la matrícula en Junio y quedarme así más tranquila. ¡Segundo de Bachiller, allá vamos!


JULIO

Empezamos el mes en Castellón, con mis queridos niños a los cuales fui a visitar por el Expotaku, jornadas que al final no llegaron a ser gran cosa, pero como siempre fui más que nada por la compañía, y eso fue algo que no me desilusionó, quitando varias cosas que no me hicieron especial gracia, pero bueno, mejor olvidar lo malo y quedarse con lo bueno. Mis oniguiris de colores tampoco es que causarán mucho furor, pero quienes si lo hicieron fue el grupo de Mugen Zero, quien debutó en estas jornadas con su primer conciertos, el cual tuve el honor de ver en primerísima fila (además de estar en los camerinos como VIP que soy, que para algo les pinté las uñas a la mitad de los componentes)




Después de un fin de semana agotador, nos espera otro más aún; las más que conocidas Otakuart. 3 días de sol, calor, comer poco, dormir menos y mojarse y divertirse tanto como se pueda. Además mis 3 niños vinieron a pasar el fin de semana a casa y a gorronearme comida, nada nuevo en ellos. Pasamos de jugar a juegos de Zombies (un juego nuevo de cartas que me compré en las Otakuart, además) a juegos de mesa de niños de 6 años, para acabar todos dormidos en el sofá. Estos niños si que dan de trabajar.... eso si, reconozco que una vez se fueron les eché de menos.




Días de aburrimiento y depresión pos-otakuart. Tanto tiempo libre y tan pocas cosas que hacer, es lo que odio del verano. Al final opté por irme de viaje con mis padres a hacerle una visita a mi hermana a Granada (y de paso gorronearle un poco, todo sea dicho). Lo cierto es que es una ciudad preciosa, aunque tanta cuesta acabara conmigo, valió la pena. Además, echaba de menos las noches hablando con mi hermana hasta altas horas de la noche y el reírnos de estupideces.



A la vuelta pasé unos días en el apartamento de mi tía en la playa, con mis padres e Itziar, para desconectar un poco de todo. El tiempo no acompañaba demasiado, pero aún así pudimos pegarnos un bañito.


Y para completar el mes, de vuelta a Castellón a pasar el fin de semana, eso si, esta vez a las Otaku Matsuri. En parte la cagaron bastante con estas jornadas al hacer dos en el mismo lugar en Castellón, y además en el mismo recinto (que resultaba un horno en pleno verano). Se podría decir que fueron incluso peor que el Expotaku, en cuanto a actividades, entretenimiento y stands se refieren, pero yo me lo pasé igualmente bien, mareando a la gente de allí, gorroneando a mis hijos, y aprovechado que el domingo no va casi nadie, Chesa y yo acaparamos tanto como pudimos el Just Dance, el arco y al Daruma-otoshi (juego raro e imposible). También conocí gente nueva, lo cual nunca está de más.



AGOSTO

Agosto llegó sin que me diera cuenta siquiera. Yo ya iba por esos días de verano en los que solo sabes diferenciar los domingos del resto de la semana porque los supermercados están cerrados y tus padres no trabajan. Puesto que el último fin de semana de Julio lo pasé en Castellón, el agosto lo empecé allí también, ya que mi querido hijo Chesa me acogió un día más en su casa (lo cual me vino de perlas dada la pereza que me daba volverme a mi casa el domingo). Tampoco quise abusar demasiado de su hospitalidad, así que el mismo lunes me volví a casa, y para mi sorpresa me encontré con todas las fotos que encargué antes de irme a granada (30 más, aún quedaban huecos en la pared), así que fue llegar y ponerme manos a la obra.


Volvimos a hacer marcha normal. Fui un día a visitar a mi buen amigo Victor Manuel, ya que teníamos pendiente ver cierta película de zombies, y de paso nos pusimos al día. El fin de semana lo pasé de acople en casa de Dani, puesto que no estaban sus padres. Nos pasamos el Harry Potter 2 de la PS1 (véase que retros somos), vimos una película y el domingo al río con demás amigos. Como no, nos lo pasamos en grande dejándonos llevar por la corriente (y llevándonos nosotros a su vez todas las algas por delante) y haciendo el friki tanto como siempre o más.


La semana siguiente marché al pueblo de Itziar a hacerle compañía y a pasar las fiestas con ella. El primer día fuimos a Aquopolis, que ya tenía yo ganas (la última vez fue hace 2 años, con ella también) y las noches las pasamos viendo bailar a los jubilados e infantes en la discomóvil del pueblo canciones del año de la picor. Lo más gracioso fue que, a pesar de tener el escenario al lado de la habitación y la ventana abierta, caí rendida y dormí como un tronco hasta el amanecer (cosa que aún no sé como hice); Itziar, por desgracia, no tuvo la misma suerte. Comimos crêpes en la playa de Cullera, nos dimos un bañito en la piscina del pueblo, pasamos 2 días en mi casa para reponer fuerzas y me volví 2 o 3 días más a su pueblo, a jugar con las perras y hacerle compañía a ella y a sus gatos



Una vez me cansé de dormir hasta las tantas, acostarme tarde, ver capítulos de Aquí no hay quien viva y La que se avecina sin parar e hincharme a helado de corte y coca casera, me volví a la estresante vida de la ciudad. Nada más llegar, después de pasar a mi casa a darme una ducha revitalizante y dejar trastos, maratón de películas chorras en casa de Celia con esta y demás gentes frikis, y a pasar la noche en la playa con otras gentes. De esto último la anécdota más destacable es el hecho de que, buscando Carlos y yo desesperadamente un baño a las 6 de la mañana, acabamos meando en un hotel de 5 estrellas. Si señor, nosotros no meamos en cualquier lugar (feel like a sir).


De vuelta, y tras darme otra ducha y dormir poco más de 1 hora, partí hacia Gandía al cumpleaños de Luc Reynolds, Anastasia, o como queráis llamarle. Fue tan divertido como siempre, me gusta ir a Gandía, me cae genial la gente de esos lares.
Siesta en el tren, llegar a casa, caer rendida y al día siguiente cumpleaños de Lelouch en la piscina. Fuimos pocos pero nos divertimos, y vi viejas caras que nunca está mal.
El fin de semana (viernes incluido) rumbo a las TANABATA (jornadas de rol y cultura japonesa en Gandía), con el clásico tetrixcoche de Harold de todos los años (aunque por desgracia de este no tengamos foto). Primera noche en casa de Jess; música que superaba la verbena de fuera (literalmente, la policía llamó varias veces, de hecho) y yo durmiendo como un tronco, nada nuevo. Borrachos por la casa (o debería decir mansión, porque era enorme) gays que ligan contigo o desconocidos que se cuelan en tu cuarto; si lo llego a saber me quedo despierta...
Sábado de las Tanabata: Muchas viejas caras conocidas, bailar y acaparar escenario, hacer el canelo, ventas y más ventas, molestar al personal y sesiones de fotos absurdas con Carlos por el gimnasio del recinto


A la noche ducha, cena y a montar la tienda a oscuras. Rol de Aquí no hay quien viva con colaboración especial de Estela Reynolds. No se entendía casi nada de lo que decían, pero aún así fue divertido. Yo hice de Vicenta, y Sour hizo de Valentín (que por cierto, en esa junta estaba muy revoltoso)
Dormir en el suelo de las pistas. Incómodo, si, pero al menos tenía compañía.
Domingo: despertar quejándome (para molestar a quien yo me sé, más que nada), frío, calor, frío y vecinas a las que se les oye por todo el polideportivo. Día zombie completamente, sobreviviendo como podíamos. De vuelta a casa a recuperar las energías de todo el fín de semana; llegué K.O.
Poco después, y con el tiempo justo para descansar y despedirme de algunas personas, me fui a Mallorca como todos los años a pasar con mi familia de allí la última semana del verano, y de paso aprovechar para estudiar sin distracciones. Calor, aburrimiento y días de estudio, pero al menos por la tarde veía a mi querida prima y a su adorable hija, a las cuales estaba deseosa de ver. Mi estancia allí coincidió por suerte con la de otra amiga. Por desgracia ella se iba justo 2 días después de llegar yo, pero al menos pudimos quedar un día para recorrer la ciudad, tomar un Dunkin' Donuts (deliciosos, por cierto) y ver la exposición de Star Wars que había en ese momento en el Corte Inglés (de frikiturismo por la isla, como debe ser). Dentro de estas fechas también caían las jornadas anuales Yukata que se celebran en la misma Palma de Mallorca, además cerca de donde yo me encontraba (aunque estas si que coincidían a posta). Con prisas y a lo loco conseguimos acabar justo a tiempo el Yukata para las jornadas, y el esfuerzo de todos los días anteriores desde mi llegada se vio recompensado con el 1er premio de Miss Yukata 2011, no me lo creía ni yo. Fueron muy divertidas, como siempre; vi a toda la gente de allí, conocí gente nueva, nos matamos jugando al Jungle Speed, volví a subir al escenario a bailar, encendimos las bengalas y dijimos tantas tonterías como pudimos.

Como es tradición, a la noche cené con mi prima en el restaurante japonés de platos giratorios (tengo que descubrir si por aquí hay alguno similar). Días más tarde, tras hacer las últimas compras de típicos productos Mallorquinos (sobrasada, ensaimada... ¡muy rico todo!) partí de vuelta a mi ciudad, para pasar encerrada en casa lo que quedaba de agosto hasta que hiciera los exámenes (por suerte fueron pocos días). Eso si, antes de irme fui a visitar uno de mis lugares favoritos de la isla, lugar turístico obligatorio; la catedral de palma, y a su vez el parque que se haya junto a ella, otro lugar más especial aún, el cual me trae muchísimos recuerdos de cuando iba de pequeña a la isla.

En resumen ha sido un verano un tanto... extraño, diría yo. Semanas sin hacer nada que se vuelven eternas, y días con mil planes a la vez que se pasan volando; me da que el año que viene tendré que organizarme mejor. Pero en general ha estado bastante bien. He conocido gente nueva, he conocido mejor a mucha gente y pasado más tiempo con algunos de mis amigos y conocidos (lo típico, vamos), así que no tengo queja (excepto del calor).
Y para acabar les dejo una imagen, no del verano, más bien de septiembre, pero me hace gracia y me trae buenos recuerdos.

Espero que vosotros también hayáis tenido un feliz verano.

Att:
Eli sugus

1 comentario:

  1. Tengo que leérmelo todo, por ahora sólo llevo las partes en las que estoy yo y gente que conozco...
    Aun así, puedo decir que es precioso, y que sinceramente te agradezco que me hayas incluido en tu resumen del verano.
    Si no hubiera sido por esta estación tan calurosa puede que no nos hubiéramos conocido nunca; o puede que sí, pero no habríamos tenido momentos tan maravillosos, especiales, únicos e inolvidables como los que hemos tenido.
    Déjame ponerme un poquito ñoño y cursi y decirte que me alegro de haberte conocido y, sobretodo, de haber vivido contigo tantas aventuras en tan poco tiempo.

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