viernes, 30 de enero de 2015

Cumpleaños y otras tragedias.

Celebrar los cumpleaños es una mierda.
Como la gente.
Como la navidad y el Corte Inglés.
Una mierda. Una fachada. Una cosa que odio.
Una más del mundo.

El 90% (o más) de la gente que te felicita es porque lo dice tu Facebook.
Y luego está la gente que te dice, al igual de broma, "para tu cumpleaños te regalo X".
Hijos de puta, con la memoria que yo tengo no sabéis la de decepciones que me dais. La lista de regalos pendientes sigue subiendo.

Y luego coge y celébralo.
Invita a toda esa gente que consideras tus amigos para que luego te demuestren que les importas una mierda. Gracias por esta decepción de regalo, pero lo tengo repe.

Lo que más rabia me da es como ha cambiado todo tanto en 20 años.
Cuando era pequeña y preguntaban lo típico de "¿y el mejor día de tu vida?" para mi siempre era mi cumpleaños. El de cada año, Todos los años. Porque no hay nada mejor que ser el centro de atención por un día, que te den regalos y te hinches a comer tarta y demás porquerías.
El día más feliz de mi vida, ojalá pudiera seguir diciendo eso.

Y lo peor es que la única persona que le daba importancia a estas cosas, que se esforzaba por hacerlas un poco más especiales, ya no está aquí.

Cuando veía a la gente decir que se pasaban el día de su cumpleaños deprimidos, o cosas por el estilo, yo no lo entendía; era como: "¿pero como puede estar así? ¡Si es su cumpleaños!" Y me uní al club.
Al club de cosas que odio. Que nunca esperaba llegar a ser.


Esto es una mierda.



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